martes, 6 de marzo de 2012

PUEBLOS BARBAROS

 
Bárbaro es un exónimo peyorativo que procede del griego y su traducción literal es "el que balbucea". Aunque los griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el griego y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible u onomatopeya (bar-bar- similar a bla-bla-). En este sentido el término es similar al exónimo peyorativo popoluca (de pol-pol-) que los mexicas dieron a otros pueblos vecinos que consideraban inferiores. Existen escritos, como los de Isócrates, que demuestran una apertura de este pueblo para concebir a los bárbaros no como "extranjeros", sino como individuos que carecían de educación, independientemente de su lugar de nacimiento.
Los romanos tomaron posteriormente la palabra y su significado para el trato con los pueblos que invadieron el Imperio romano. Los clásicos dieron el nombre de bárbaros a todos los extranjeros de las comarcas fronterizas con el Imperio, y con los que lucharon, si bien se limita la consideración a los que, ocupando en Europa las comarcas al norte del Imperio, invadieron éste, apoderándose de su parte occidental.
Estos pueblos formaban tres grupos:
  • El de raza amarilla (avaros y hunos)
  • El de raza blanca eslava (Vendos, en lo que hoy es Polonia), Sármatas, en el Danubio y Alanos, a orillas del mar Negro
  • El de raza blanca no eslava, Galos.
La etnología y antropología tradicionales, con una terminología ya desfasada y una eurocéntrica visión de las sociedades primitivas, denominó barbarie a un estadio de evolución cultural de las sociedades humanas, intermedio entre el de salvajismo y de civilización.

Galos: 
Los galos eran los pueblos que habitaron lo que hoy es Francia, Bélgica, el oeste de Suiza y las zonas de Holanda y Alemania al oeste del Rin, así como una franja aún poco determinada de este último país, a la orilla derecha del río. Los griegos los llamaron keltoi (celtas), mientras que los romanos les apodaron “galos”, y a su gran región, la Galia. Pero hoy día, los historiadores y arqueólogos han convenido que las Galias eran múltiples, es decir, que no todas las regiones se correspondían con un mismo grado de celtitud. Ya los mismos romanos habían notado esto, por lo que hacían una diferencia entre la Galia Cisalpina (de este lado de los Alpes) y la Transalpina (del otro lado de los Alpes). A su vez, la Transalpina era dividida en cuatro partes que, según la época de Roma, llamaron Galia Bélgica (de celtas menos ortodoxos), la Galia Comata o Melenuna (la netamente celta o tradicional), la Galia Aquitana (con celtas de características diversas o poco definidas) y la Galia Luguria o Celtoligur, la primera en ser anexada a Roma como la Provintia.
Los galos (o celtas) se extendieron por toda Europa desde siglos antes de la llegada de los romanos. Eran gentes en continua migración a quien los griegos llamaron keltoi, aunque se piensa que con este nombre no estaban señalando a un único pueblo, sino a unas gentes que se movían y se situaban en determinados territorios, identificándoles realmente con los hiperbóreos. Por eso los historiadores y geógrafos griegos, al observar las migraciones y escribir sobre los keltoi (galos) decían: “La Céltica está más allá de los Alpes”, “La Céltica está cerca de los Ligures, en Italia”, “La Céltica está en Asia Menor [Turquía]”, “La Céltica está más allá de las Columnas de Hércules”.
Estos celtas asentados en el territorio que actualmente ocupa toda Francia, fueron llamados en la Antigüedad por los romanos galos, y el territorio, Galia Transalpina. Así mismo otros grupos de galos se habían asentado en el norte y centro de Italia, siendo denominados por los romanos galos de la Galia Cisalpina. Otros grupos celtas habían seguido su camino cruzando los Pirineos hasta Hispania, donde se mezclaron con los pueblos indígenas y cuya fusión dio lugar a lo que los historiadores llamaron celtíberos.
Algunos autores explican la confusión que hubo entre el término latino gallus con el significado de galo y su homónimo gallus con el significado de gallo (ave de corral), en francés coq. Según explica el lingüista francés Paul Robert, hasta el año 1138 se utilizaba en Francia el término jal (derivado del latín gallus) para designar al gallo. A partir de entonces se empleó el nombre onomatopéyico coq. Pero en el Renacimiento se usó el juego de palabras de la homonimia y se tomó como emblema de Francia el gallo. Según M. Robert, a partir del siglo XV se empezó a usar en Francia la palabra gaulois como sinónimo de celta o galo.
  
 IBEROS:
Los iberos o íberos fue como llamaron los antiguos escritores griegos a las gentes del levante y sur de la Península Ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. De estos pueblos escribieron Hecateo de Mileto, Heródoto, Estrabón o Rufo Festo Avieno, citándolos con estos nombres, al menos desde el siglo VI a. C.: elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelani, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos.
Geográficamente, Estrabón y Apiano denominaron Iberia al territorio de la Península Ibérica.

GERMANOS:
Los germanos eran un pueblo guerrero de raíz indoeuropea, diferenciables del tronco eslavo más que por rasgos físicos por patrones culturales (la religión de los germanos era distinta a la de los eslavos, por poner un ejemplo). Practicaban la agricultura y la ganadería en los tiempos de paz y el saqueo en los de guerra. Generalmente, al ser venidos del norte, la escasez y el frío los impulsaban a grandes expansiones territoriales.
Según se recoge en los textos germanos primitivos, había castas, pero no tan cerradas como en un feudalismo: Por un lado estaban los guerreros (de esta casta surgían los reyes), por otro los hombres libres, generalmente artesanos y campesinos (que si se dedicaban a la guerra pasaban a la primera). Y finalmente los prisioneros de guerra, que eran sirvientes (de una forma más parecida al siervo feudal que al esclavo romano). Se desconoce si la servidumbre era o no hereditaria.
Su sociedad era básicamente tribal y clánica, y su sistema de gobierno era el Consejo, conocido como el Thing, de los sacerdotes y los jefes militares, o el Allthing, reunión de todos los miembros del clan. El Allthing elegía a los jefes, que tomaban las decisiones en los Things menores.
Todos los delitos eran juzgados a instancias de parte, dado que sin denuncia no había delito. Carecían completamente de fuerzas policiales o militares estables, sus ejércitos solían ser mercenarios al servicio de un rey que prometía una parte del botín. Por ello, los juicios se hacían en tribunales adhoc, resultando generalmente en una compensación material (verghel) o en los casos más graves en exilio o ejecución. La noción de cárcel o trabajo forzado era absolutamente desconocida para los germanos.
Su religión y sus leyendas eran politeístas y basadas en la naturaleza (al igual que la mayoría de las creencias paganas), reconociendo diversas clases de seres sobrenaturales:
  • los Æsir, dioses generalmente guerreros entre los cuales destacaba Odín (fonéticamente Wodan, Wotan, Woden, dependiendo del dialecto, el Odín del español viene de la variante gótica Oden), dios al que se representa tuerto, con un cuervo en cada hombro, una lanza y las runas entre las manos
  • Thor, dios de la Fuerza y el Trueno, al que se representa con un martillo
  • Tyr, dios de la guerra y la justicia
  • Los Vanir, dioses de la agricultura, la fertilidad y todo aquello no relacionado con la guerra
  • Las Nornas, diosas del conocimiento y el destino
  • Los seres sobrenaturales menores, como podían ser los elfos, los gigantes, los enanos y todas las criaturas fantásticas de raíz germana que conocemos por la literatura.
Su estructura familiar conocía una patria potestad bastante rígida, y podían practicarse indistintamente la poligamia y la monogamia, aunque la baja densidad de población hacía que se tendiera hacia esta última. Al final, eso dependía de los usos tribales.
La raza germánica puede considerarse dividida en dos ramas:
  • La teutónica, con los francos, junto al río Rin, sajones, entre el mar del Norte, el Rin y el Elba; y al norte de ellos los anglos; junto al Elba, los longobardos; entre el Oder y el Vístula, los burgundios y los vándalos.
  • La gótica, con los visigodos, ostrogodos y suevos. Estos pueblos se habían ido infiltrando en el Imperio, que dio entrada a muchos individuos, primero en los cuerpos auxiliares del ejército y luego en las mismas legiones.
Al despoblarse los campos, también fueron asentados en ellos como colonos. Después viene el período de las invasiones, siendo de las más terribles la de suevos, vándalos y alanos (405), y la de los visigodos, que entraron en Italia acaudillados por Alárico (410)
A la península Ibérica sólo vinieron representantes de la raza germánica tanto gótica como teutónica o escita, es decir, los visigodos (2) y suevos (3) de la primera raza y de la segunda los alanos, vándalos y hérulos. En Aragón, la época de la invasión de los bárbaros se extiende desde el año 409 al 466, en que Eurico agregó a sus tropas los ostrogodos y tomó el título de Rey.
En el año 406 tuvo lugar la invasión de los bárbaros en el Imperio de Occidente. Durante tres años saquearon las Galias y en el año 409 invadieron la península Ibérica (1).

LOS BÁRBAROS Y EL IMPERIO ROMANO 
Los griegos y los romanos llamaron `bárbaros' a los grupos de nómadas que se mantenían a las afueras de donde vivían los romanos ( el imperio Romano ) y los griegos. Características de los bárbaros : - Eran belicosos - Venían del Norte de Europa y del Asia Central - La mas importante tribu era la de los Germanos Las características de los Germanos : - Se dividían en dos : los teutones y los godos - Su orígen era indoeuropeo.Vivían en aldeas y se dedicaban a la guerra, a la caza, a la agricultura y al pastoreo. - Se organizaron en tribus , elegían a su rey o jefe democráticamente de entre los individuos de una familia real. - Crearon Asambleas de Guerreros los cuales impartían la justicia, declaraban la guerra o la paz. - No conocían la escritura y la moneda. - Veneraban a dioses que personificaban a las fuerzas de la Naturaleza. Su dios mas importante era Odín de la Tempestad y de la muerte. Y otro importante era Thor del trueno. - Los Francos, Visigodos y Ostrogodos eran derivados de los Germanos. Los Germanos eran pueblos que emigraban hacia la zona del Mar Mediterráneo por : - El aumento de la población - El clima frío - El deseo de encontrar mejores tierras.
Aunque fueran guerreros o belicosos muchos se pudieron meter pacíficamente al Imperio Romano, y otros con violencia. Ellos solían atacar y luego de un tiempo dejaban de atacar para después volver a atacar con mas fuerza. A mediados del siglo III el imperio romano entró en una gran crisis por : - El hambre - La miseria - Las pestes - No podían controlar tanto territorio - La inestabilidad política - La corrupción - El debilitamiento del comercio a causa de los bárbaros. Es por esto que Teodosio dividió en 2 partes su imperio y se los diò a sus hijos: Honorio Imperio Romano Occidental , que subsistió hasta XV Arcadio Imperio Romano Oriental , que cayó en el poder de los bárbaros a partir de 476. Hacia 378 el emperador Valente dejò que los germanos se quedaran en la región de la Mesia inferior a cambio de sus armas. Y fue entonces cuando los Hunos obligaron a los germanos que se metieran al Imperio Romano . Los Hunos eran habiles jinetes nómadas que saqueaban las riquezas de los pueblso dominados y venían del Asia central . A fines del siglo V ,los pueblso bárbaros se habian apoderado del Imperio Romano Occidental. En 476 Odoacro al frente de los hérulos ( otro grupo de bárbaros ) arrasó con la ciudad de Roma y liquidó el poder de Rómulo Augustulo , ultimo emperador del Imperio Romano Occidental. Cambios que ocasionarion los bárbaros y la caída del imperio Romano: + La caída de Roma marcó el fin de la Edad Antigua y el inicio de la Edad Media. + El feudalismo + La Consolidación de la Iglesia de Roma como centro de Poder Religioso y formación de varios reinos cristianos.
Cuando cayó el imperio Romano se dividió en 3 partes por los grupos bárbaros derivados de los Germanos:  Los Francos Francia Alcanzaron su mayor espléndor cuando tenían de rey a Carlomagno quien intentó reconstruír el Imperio Romano. Los Visigodos España Primero se establecieron en el sur de Francia, pero los Francos los vencieron y se fueron al sur y a las tierras Ibéricas. Cuando Leovigido los reinó se estableció un Estado y tenía su capital en Toledo. Cuando murió Leovigido , su hijo Recaredo se convirtió en cristiano y esa fue la religión de su reino. Los Ostrogodos Italia Fundaron un reino con su capital en Rávena . El rey Teodorico hizo resurgir la cultura romana , pero a su muerte fue la decadencia y en 536 el ejército bizantino ocupo Roma y se desintegró el reino Ostrogodo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

VIKINGOS

Vikingo (del inglés viking, y este del nórdico antiguo víkingr) es el principal de los nombres dados a miembros de los pueblos germánicos originarios de Escandinavia, famosos por sus incursiones y pillajes en Europa. Dependiendo del contexto y de la interpretación del autor, puede usarse el nombre para referirse a los incursores de esta procedencia o a sus países de origen. La metonimia ha llevado a que el nombre se siga usando aún hoy en día de forma coloquial para referirse erróneamente a los países escandinavos.

Si bien existen referencias vagas a pueblos germanos del Báltico y Escandinavia en las fuentes latinas, sus ataques y su aparición en la escena política europea cobran relevancia con el saqueo del monasterio de Lindisfarne (793) en el norte de Gran Bretaña, al que pronto siguieron ataques a otros monasterios. Los anales y crónicas de los dos siglos siguientes están repletos de relatos aterradores. Su actuar violento aterrorizó a las antiguas comunidades que, aunque
acostumbradas a la guerra, no tenían forma de prever cuándo habría una incursión y sufrían una carencia de poderes fuertes en los comienzos de la Edad Media. Estos ataques sumados a los de los húngaros y ávaros, a la presión de pueblos eslavos en Europa Oriental y a la de los árabes en el Sur fueron tanto causa como consecuencia de un período de inestabilidad que favoreció la descentralización política del feudalismo.

Durante los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran influencia en la historia europea. En las Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser finalmente derrotados por los normandos, descendientes de vikingos que habían recibido tierras en Normandía (Francia). En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e incluso llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y en el Imperio bizantino. A través de los ríos del norte intervinieron repetidas veces en el mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados (la Rus de Kiev) aparecen vinculados a aventureros vikingos.

Se suele datar el final del periodo vikingo con la caída del rey Harald el Despiadado, que murió en la Batalla del puente Stamford en el año 1066 cuando intentaba tomar posesión del territorio de Inglaterra. Si bien la influencia nórdica siguió siendo relevante, la aculturización de normandos en Francia, Inglaterra e Italia, las victorias militares de varios estados como Francia que lograron asegurar las costas y la propia disminución de incursiones escandinavas con la cristianización de Escandinavia supusieron paulatinamente el final de su actividad tal y como se conocía.


ANTECEDENTES:
Pertenecían étnicamente a la familia de los pueblos germanos y su lengua y cultura eran germánicas derivadas de religiones animistas, como las de todos los pueblos escandinavos. Los primeros monjes cristianos germanos asociaron a este pueblo con el nieto de Noé e hijo mayor de Jafet llamado Gómer (y su pueblo, los cimerios). Esta comunidad lingüística y cultural de toda el área escandinava ha de tenerse en cuenta a la hora de profundizar en el conocimiento del espíritu que llevaban estos pueblos.
Estos pueblos, al igual que los griegos, habitaban una geografía muy segmentada que —junto al clima y los animales carnívoros— hacía muy difícil la comunicación por tierra, lo que les obligó a navegar. El mar se convertiría en su principal medio de comunicación.
Los contactos entre los países nórdicos y el resto de Europa venían de hace tiempo. Los hérulos, por ejemplo, fueron unos claros predecesores de los futuros vikingos, ya que también procedían de Escandinavia y efectuaron algunas expediciones de saqueo a lo largo de las costa atlántica de Europa a bordo de embarcaciones. Los hallazgos arqueológicos muestran que el comercio y la influencia datan de varios milenios a. C. No obstante, los países escandinavos constituían un remoto rincón de poca importancia política y económica para el resto de Europa.

PUEBLOS NORDICOS:
DANESES:
En sus inicios, los daneses (o danes) tenían una organización militar muy fuerte, realizaron incursiones rápidas, cuyo único fin era el pillaje y obtener un botín. Era también el pueblo más numeroso de los tres. Habitaban principalmente en Jutlandia, Escania y Selandia, aparte de las islas que separan al mar Báltico del mar del Norte entre ambas penínsulas. Esto les daba una gran ventaja estratégica que les permitía dominar las rutas de comercio, al igual que Constantinopla. En Dinamarca se han hallado restos de fortificaciones, de fines del período de apogeo vikingo, donde podía concentrarse gran número de tropas. Las fortificaciones, conocidas como trelleborgs, tienen forma circular y están divididas en cuatro cuadrantes, con edificios en cuadro en cada uno de ellos. Los recintos fortificados están concebidos con una precisión que atestigua gran sentido del sistema y del orden por parte de los caudillos, y también que, en el séquito del rey danés, había gente con profundos conocimientos de geometría. Un ejemplo de este tipo de asentamientos es la antigua Hedeby.
 NORUEGOS:
Empezaron surcando los mares y ríos con fines pacíficos, que posteriormente cambiarían por incursiones a mayor escala que las de los daneses, con fines de conquista. Se les conocía por ser muy buenos navegantes y fue también en Noruega donde se conservó mejor la tradición naval. Cabe señalar que los noruegos controlaron el mar del Norte, recorrieron el océano Atlántico. Los noruegos colonizaron Islandia, Groenlandia y Vinlandia.
SUECOS:
Realizaron grandes viajes a través de los mares entre los siglos VIII y XI. Recorrieron toda la Europa septentrional y meridional, interviniendo en Rusia, el Imperio bizantino y otras zonas de Europa Oriental.

LA ERA VIKINGA: EL TERROR DEL NORTE
Sus ataques y su aparición en la escena política europea comenzaron con el saqueo del monasterio de Lindisfarne en 793. Los monasterios, que acumulaban amplias posesiones, alimentos y cobijo, son objetivo de sus siguientes ataques, que se producen con gran facilidad y rapidez (al fin y al cabo, los monjes no podían defenderse). En 794, son saqueados el monasterio de la isla escocesa de Iona, los monasterios de Jarrow y Monkwearmouth en la costa inglesa y el monasterio de Inishboffin en Irlanda. Dichos ataques se repetirían en los años siguientes, azotando la zona. No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de fuentes de esa época fueron redactadas por los pueblos atacados, por lo que es posible que muchos de los datos estén exagerados. De hecho, los ataques fueron vistos en muchos casos como herejías por los monjes de los monasterios, ya que suponían un ataque directo a Dios.
En 799, los vikingos se empiezan a aventurar lejos de esa zona y arriban por primera vez a la costa francesa en Bretaña. El estuario del Loira y las islas de la región fueron víctimas de las razas vikingas. En el 820, ya una flota de 13 navíos ataca por el Sena. En 834 se tienen noticias de sus primeros ataques a los Países Bajos.
En las Islas Británicas y el Canal de la Mancha, el paso del tiempo sólo incrementó el número de ataques, su fuerza y su alcance. En 840, se tiene constancia de su primer campamento invernal en Irlanda, donde, para protegerse de los daneses, los jefes locales se alían con los noruegos, que desde 853 pasan a controlar Irlanda. En 850, hibernan también en Inglaterra, donde fundan en 866 un asentamiento permanente en York y conquistan una amplia porción del país. Al sur, también empeoran las cosas: en 845 se produce el primer ataque a París y en 847 a Burdeos.
La primera expedición vikinga al Mediterráneo data de 844, cuando queman Sevilla. En el 858, una expedición de más de 62 barcos saquea las costas del Levante ibérico y la Toscana italiana. A partir de esa época, comienzan a remontar ríos, siendo rechazados en 863 frente a Colonia, aunque obteniendo éxito en otras incursiones por Alemania y Francia. Al oeste, remontan el Volga por Rusia, apoderándose en 861 de Nóvgorod y en 863 de Kiev. En el 865, una primera expedición sin éxito trata de llegar a Constantinopla.
En 878, el rey de Wessex Alfredo I el Grande venga los múltiples saqueos de Inglaterra y logra derrotar a un ejército danés, garantizando la independencia de su tierra, aunque tiene que reconocer el dominio de éstos sobre la otra mitad de Inglaterra. La guerra no tardaría en reanudarse, pero desde entonces los vikingos llevan la peor parte. En 885 su ataque más afamado a París sólo se evita con el pago de un rescate y el permiso para saquear las tierras durante su camino de vuelta. Pero en 888, Alain de Bretaña logra derrotarlos también. El comienzo del siglo X en Europa Occidental marca el fin de sus grandes éxitos. En 911, se rechaza el último ataque a la desembocadura del Sena, y en 931 son expulsados de sus bases en el Loira. La década siguiente ve sus últimos ataques a Bretaña.
En Oriente su esplendor duraría más, y a lo largo del siglo X, varias expediciones tienen éxito en sus ataques por el Mar Negro y el Caspio. Los comienzos del siglo XI verían un último reaparecer cuando en 1014 se reinstaura el dominio vikingo de Inglaterra y con el vikingo Canuto. Este renacer se considera definitivamente terminado cuando el rey Harald III el Despiadado muere en la batalla del puente Stamford en 1066, durante conflictos dinásticos en Inglaterra.
La Era Vikinga estaba ya tocando a su fin. En 1100 Suecia se convierte al cristianismo, mostrando así como Escandinavia se iba integrando en la cultura europea cristiana. Fuera de sus países de origen, la mayoría de sus asentamientos habían terminado mezclándose con al población local y aculturizandose. Los descendientes de los vikingos lograron consolidarse en el ámbito europeo y fundaron el primer reino ruso en Kiev. Los normandos, vikingos asentados en Francia, salieron de Normandía y subieron a los tronos del reino de Jerusalén, Inglaterra, Sicilia, Nápoles y del Imperio Latino.

Imagen de un barco vikingo o drakkar.

ESPARTA

Esparta (Dórico Σπάρτα; Ático Σπάρτη Spártē), o Lacedemonia (en griego Λακεδαιμονία) era una polis (ciudad estado) de la antigua Grecia situada en la península del Peloponeso a orillas del río Eurotas. Fue la capital de Laconia y una de las polis griegas más importantes junto con Atenas y Tebas.

ORIGEN:
La ciudad estado fue fundada tras la conquista de Laconia por los dorios.
Al principio estuvo minada por disensiones internas. Las reformas en el siglo VII a. C. fueron un verdadero punto de inflexión en la historia de la ciudad: a partir de entonces todo se encaminaría a reforzar su poderío militar y Esparta se convertiría en la ciudad hoplita por excelencia.
Esparta sometió a la totalidad de Laconia: comenzó por conquistar toda la vega del Eurotas para rechazar a los de Argos y asegurarse la hegemonía de toda la región. La segunda etapa consistió en la anexión de Mesenia. Esparta era ya la ciudad más poderosa del área, con Arcadia y Argos como únicos rivales. A mediados del siglo VI a. C. Esparta sometió también las ciudades de Arcadia y derrotó a Argos dejándola totalmente debilitada. Todas ellas se verían forzadas a firmar pactos por los que reconocían la hegemonía de Esparta. Fue en el marco de estas luchas con los argivos que Esparta adoptó el estilo hoplita de combate, aproximadamente entre los años 680 y 660 a. C.
Durante el Siglo VI a. C. los espartanos mantuvieron una activa política exterior que incluía la alianza con Creso de Lidia frente a la amenaza persa.
También combatieron los tiranos de Grecia y depusieron a muchos de ellos fracasando frente a otros (Polícrates de Samos resistió a la invasión espartana).
Sin embargo también apoyaron a tiranos que les pudieran ser favorables y en Atenas intentaron restaurar a los pisistrátidas pero la oposición de la influyente Corinto lo impidió.

GUERRAS MEDICAS:
En el siglo VI a. C., Esparta se había interesado por el Asia Menor, entre otras cosas suscribiendo una alianza con Creso, rey de Lidia. Al comienzo del reinado de Cleómenes I, sin embargo, se mostraría más aislacionista, rechazando apoyar, en el 499 a. C., la revuelta de las ciudades de Jonia contra los medos (persas), para centrarse en consolidar su propio imperio del Peloponeso. En 491 a. C., cuando Cleómenes logró desembarazarse de Demarato, las cosas cambiarían. Los espartanos arrojaron a un pozo a los emisarios de Darío I, llegados para reclamar la tierra y el agua, acto simbólico de aceptación de la hegemonía universal de los aqueménidas, y despacharon refuerzos a los atenienses (refuerzos que llegaron a Maratón demasiado tarde para participar en la gran victoria griega).

Léonidas aux Thermopyles, Jacques-Louis David, 1814, Museo del Louvre.
En el año 481 a. C., cuando Jerjes reclamó de nuevo la tierra y el agua a todas las ciudades griegas, exceptuando a Atenas y Esparta, fue naturalmente a ésta última a la que se le confió encabezar la Liga Panhelénica, incluyendo la flota, pese a la superioridad marítima de Atenas. Tras haber renunciado a defender Tesalia, los espartanos, mandados por su rey Leónidas, defendieron valerosamente el desfiladero de las Termópilas, retrasando en forma notable el avance de los persas, y permitiendo a la flota replegarse hacia Salamina. En contrapartida, la total victoria de Salamina fue obra de los atenienses, quienes tuvieron que recurrir al chantaje para forzar la batalla en el estrecho, siendo así que el navarca –almirante- espartano de la flota, Kriatos, deseaba replegarse al istmo de Corinto.
En el 479 a. C., la victoria de Platea se logró bajo el mando del general Pausanias. Éste fue regente debido a la minoría de edad de su primo el rey Plistarco hijo de Leónidas I.
En el 479 a. C., la victoria de Mícala se logró bajo el mando del rey Leotíquidas II.
El general Pausanias recibió la misión de destruir el puente de barcas construido por los persas sobre el Bósforo, con el fin de dificultar su retirada, pero una tempestad se encargó por él del trabajo. Con el restablecimiento de la paz, Esparta propuso abandonar a su suerte las ciudades jonias, demasiado lejanas, pero tropezó con la oposición de Atenas, lo mismo que en su sugerencia de expulsar de la anfictionía de Delfos a las ciudades culpables de medismo o alianza con los persas: es decir, las de Tesalia.

GUERRA DE PELOPONESCO:
Apenas terminadas las guerras médicas, Esparta se inquietó por el creciente poderío de Atenas, enardecida ésta por sus victorias contra los persas. Presionada por Egina y Corinto, Esparta prohibió a Atenas reconstruir sus murallas, destruidas por los persas. Esto no impidió que Atenas abandonara la Liga Panhelénica para fundar la Liga de Delos. Esparta no llegó a desencadenar una guerra y las relaciones se mantuvieron estables hasta el 462 a. C., año en el que desdeñó y envió de vuelta un contingente ateniense dirigido por Cimón, que había acudido a socorrerla en plena revuelta de los ilotas. Esto supuso la ruptura, sellada con la condena al ostracismo del espartófilo Cimón por sus compatriotas de Atenas.
Las hostilidades propiamente dichas comenzaron en el 457 a. C., a requerimientos de Corinto. Tras una serie de victorias y derrotas para ambos bandos, se alcanzó una paz inestable que duraría cinco años. En el 446 a. C., las revueltas de Megara y Eubea reavivaron el conflicto. Esparta, a la cabeza de las ciudades coaligadas, arrasó el Ática. El propio rey espartano Plistoanacte fue acusado de corrupción, por no haber proseguido la ofensiva, y condenado al exilio. En el 433 a. C., por último, el asunto de Corcira dio lugar al inicio de la Guerra del Peloponeso.

Hoplita.
La guerra se prolongaba demasiado. Pericles decidió abandonar el Ática al pillaje sistemático de los espartanos, acogiendo a la población dentro de los Muros Largos, que unían Atenas con su puerto, El Pireo. En el 425 a. C. se produjo la humillante derrota de Esfacteria, donde 120 Iguales (ver más abajo), pertenecientes en su mayor parte a las grandes familias de Esparta, fueron capturados en un islote. La ciudad tendría que rendir la flota para recuperar a sus hoplitas. El golpe fue traumático: era la primera vez que se veía a los Iguales rendirse en vez de combatir hasta la muerte. En el 421 se firmó con el estratego ateniense Nicias una paz largo tiempo anhelada.
Pese a todo, las tensiones permanecieron. Esparta y Atenas chocaron nuevamente en el 418 a. C. por una disputa territorial en Mantinea. Atenas decidió que Esparta había roto los tratados, y la guerra recomenzó en el 415 a. C. Los atenienses organizaron una expedición contra Sicilia que terminó en desastre. La revuelta de las ciudades jonias de la Liga de Delos permitió a Esparta imponerse en el campo de batalla. En el 404 a. C., una Atenas sitiada terminó por capitular.
Esparta obligó a Atenas a acortar los Largos Muros en diez estadios (algo menos de dos kilómetros) por cada extremo, y a unirse a la Liga del Peloponeso. Los espartanos, sin embargo, titubeaban respecto al sistema de gobierno que impondrían a la ciudad. Todo el mundo estaba de acuerdo en la necesidad de poner fin a la democracia, pero se dudaba entre una oligarquía radical bajo tutela espartana y otra más moderada, sin guarnición espartana para sostenerla. El general Lisandro, gran artífice de la victoria sobre Atenas, impuso el gobierno de los Treinta Tiranos, pero el otro rey, Pausanias, permitió enseguida el derrocamiento y huida de los Treinta y de sus partidarios, y apoyó en cambio a los oligarcas moderados que se habían quedado en Atenas. Con todo, a su regreso a Esparta Pausanias sería juzgado, y ocho años después de su absolución, se vería condenado cuando Atenas volviera a tomar las armas contra Esparta.

ALEMANIA NAZI



La Alemania nazi o nacionalsocialista fue el periodo de la historia de Alemania comprendido entre 1933, año de la llegada al poder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolf Hitler y 1945, año de la derrota del país en la Segunda Guerra Mundial que tuvo como consecuencia el final del regimen nacionalsocialista . Utilizando la propia terminología nacionalsocialista, se emplean también los nombres Tercer Reich, Gran Reich Alemán, Imperio nazi o III Imperio Alemán para aludir a dicha etapa.

DEFINICION:
El término nazi es la apócope de nacionalsocialismo en alemán. Esta ideología fue institucionalizada en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (PNSAT), en alemán Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP), también conocido como partido Nazi.
El Tercer Reich es el período y se utiliza como sinónimo para la Alemania nazi. El término fue introducido por la propaganda nazi, que contaba al Sacro Imperio Romano Germánico como el primer Reich o imperio, al Imperio alemán de 1871 como el segundo y a su propio régimen como el tercero. Esto se hizo para sugerir una vuelta gloriosa de la Alemania anterior tras la República de Weimar instaurada en 1919 y que, sin embargo, nunca fue disuelta oficialmente por el nuevo régimen. Desde 1939, sin embargo, los propios nazis evitaron utilizar la expresión «el Tercer Reich» y prefirieron llamarlo «Gran Reich alemán» (Grossdeutsches Reich), con el objeto de aludir a la considerable expansión de sus fronteras que se produjo en 1939 y 1940.
El partido Nazi procuró combinar símbolos tradicionales de Alemania con símbolos del partido Nazi, siendo un símbolo único, la esvástica, el más representativo del régimen, en un esfuerzo por afianzar la idea de unidad entre sus ideales y Alemania.

IDEOLOGIA DEL REGIMEN:
Desde una perspectiva internacional, el nazismo había tomado una gran parte de la base ideológica del fascismo que se desarrolló originalmente en Italia con Benito Mussolini. Ambas ideologías participan del uso político del militarismo, el nacionalismo, el anticomunismo, la aprobación de la violencia como método político y el empleo de fuerzas paramilitares como apoyo del régimen, y ambas estaban destinadas a la creación de una dictadura dirigida por el Estado. Los nazis, sin embargo, estaban mucho más centrados en el tema de la «pureza racial» que los fascistas en Italia. Los nazis tenían también la intención de crear un Estado totalitario por completo, a diferencia de los fascistas italianos, que permitieron un mayor grado de libertades privadas para sus ciudadanos, aunque sin tolerar disidencia alguna. Estas diferencias posibilitaron, por ejemplo, a la monarquía italiana seguir existiendo bajo el régimen fascista, así como conservar algunas competencias oficiales.
La naturaleza totalitaria del partido nazi fue uno de sus principales postulados. Los nazis sostenían que absolutamente todos los grandes logros en el pasado de la nación alemana se asociaban con los ideales del nacional-socialismo, incluso antes de que la ideología oficial existiera, mientras que todas las creaciones culturales como la literatura, la música, la pintura, la historia y las ciencias exactas debían quedar sujetas a la censura del partido Nazi, quien dictaba lo que todo alemán debía aceptar y creer, controlando cada aspecto de la vida de la población alemana, incluyendo jóvenes y niños. A la vez, la propaganda nazi buscaba la consolidación de los ideales nazis y los éxitos del régimen del «líder» o Führer, Adolf Hitler, quien fue retratado como el presunto genio detrás del éxito del partido nazi de Alemania y salvador de la nación, así como líder supremo a quien no debía cuestionarse. Hitler tuvo la capacidad de captar la atención del público a través de sus poderosos discursos y esto le ayudó a ganar un culto a la personalidad por parte de sus seguidores.
Marcha al «Congreso del partido del Imperio» (Reichsparteitag) en 1935.
Para intimidar al Estado alemán y a los otros partidos políticos, el partido nazi dependía de una fuerza paramilitar, las Sturmabteilung (SA) o «Tropas de asalto» que se utilizaba principalmente para atacar a la oposición de izquierda, a los demócratas, a judíos y otros grupos minoritarios o de oposición. La violencia de las SA causó antes de 1933 un clima de temor en las ciudades. Las SA también contribuyeron a atraer a un gran número de jóvenes desempleados y alienados al Partido Nazi.
Los nazis hicieron suyo el concepto de Großdeutschland, o la «Gran Alemania», y consideraron que la incorporación de los pueblos germánicos en una sola nación era un paso de vital importancia para su éxito y prosperidad, sin importar que para ello se atacase a otras naciones: ello se justificaba en la doctrina del «espacio vital» (Lebensraum), donde los nazis afirmaban que Alemania necesitaba supuestamente más territorio para desarrollarse plenamente y, por ello, invocaban el presunto derecho de Alemania de agredir a otras naciones para obtener más territorio.
Con esta idea el régimen nazi exigió concentrar en un solo Estado (el Tercer Reich) a todos los individuos de «etnia alemana» de Europa, aún cuando estuvieran dispersos en otros países. En contraposición, la presencia de población de origen germano era un pretexto nazi para aumentar el territorio de Alemania: así sucedió con la anexión de Austria en el Anschluss o la destrucción de Checoslovaquia tras los Acuerdos de Múnich, en el primer caso con el objetivo de unir a dos naciones del mismo origen étnico, y en el segundo con el pretexto de «proteger a la minoría étnica alemana» que vivía en territorio checo. Finalmente esta ideología llevó al extremo de proyectar la colonización de extensas áreas de Polonia, Rusia y Ucrania con campesinos alemanes, para lo cual se esclavizaría a las poblaciones nativas y luego se exterminaría o deportaría a los individuos «excedentes».
El racismo era un aspecto importante de la sociedad y la política en el Tercer Reich, determinando la persecución y asesinato de los alemanes de origen judío, y luego de otras minorías étnicas como los gitanos. Los nazis también combinaron el antisemitismo con su «lucha contra la ideología comunista» y consideraron que el movimiento de izquierda, así como el capitalismo de mercado, eran la labor de una «Conspiración de los judíos», como justificación al exterminio de dicha etnia. Se refirieron así a este movimiento con la terminología «revolución judío-bolchevique de subhumanos». Esta clase de ideas se manifiesta en el desplazamiento, internamiento y, más tarde, el exterminio sistemático de un número estimado de 11 a 12 millones de personas. Aproximadamente la mitad de estas víctimas que murieron a lo largo de la Segunda Guerra Mundial fueron judíos, en lo que es históricamente recordado como el Holocausto (Shoah), y otro grupo enorme de 100.000 a 1.000.000 de gitanos, que fueron asesinados en el Porraimos u «holocausto de los gitanos». Otras víctimas de la persecución nazi incluían comunistas, socialistas, anarquistas, negros, opositores políticos en general, homosexuales, disidentes religiosos como los Testigos de Jehová, clérigos protestantes que rechazaban la ideología violenta del régimen, y masones.

HISTORIA:
Después de su derrota en las elecciones de 1932, el NSDAP promovió una ola de revueltas y violencia callejera que llevó al débil e inestable gobierno al colapso. El jefe de Estado, Paul von Hindenburg, fue presionado a pactar con Hitler, quien fue nombrado canciller alemán el 30 de enero de 1933. Una vez en el cargo, Hitler decretó nuevas elecciones en medio de una intensa propaganda nazi. Poco tiempo antes de los comicios, el edificio del Reichstag fue incendiado. Entonces Hitler culpó a los comunistas, sugiriendo que el incendio era el comienzo de una revolución y sembró el pánico con el objetivo de obtener un mayor caudal electoral. Finalmente, las elecciones le otorgaron el control del Parlamento, el que poco después aprobaba una ley que establecía una dictadura a través de medios democráticos.
Hitler impuso desde entonces un gobierno centrado alrededor de su figura, basado en el principio del líder o Führerprinzip. Según este principio político, el Führer quedaba identificado con el pueblo («era» el pueblo), y sólo él conocía y representaba el interés nacional. Esta representación del pueblo por el líder era esencial: no suponía ningún procedimiento de consulta y delegación del poder. El Führerprinzip, sostenían sus ideólogos, reemplazaba a un gobierno irresponsable e impotente (el parlamentario), por otro poderoso y en el que la responsabilidad recaía en una sola figura. Así, la voluntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional.
El antisemitismo jugó un papel importante dentro de la doctrina nazi. A la raza aria como símbolo perfecto de todo lo puro en Alemania se le contraponía la perversión de la raza judía, enemiga del género humano. Los judíos fueron presentados por Hitler como cabeza de turco por la derrota alemana en la Primera Guerra mundial. La propaganda nazi se encargó de difundir toda una serie de películas de cine (como El judío Süß y El judío eterno), panfletos y demás publicaciones que lograron reverdecer el latente antisemitismo de la población. A medida que los nazis fueron ganando poder, los judíos se vieron cada vez más perseguidos hasta culminar en el genocidio conocido como Holocausto o Shoá.

 EXPANSIONISMO NAZI:
En su obra Mi lucha (Mein Kampf), Hitler había escrito: «Los alemanes tienen el derecho moral de adquirir territorios ajenos gracias a los cuales se espera atender al crecimiento de la población.» Hitler establecía la necesidad de acabar con la desproporción entre la población alemana y la superficie territorial que ocupaba.
La idea no se limitaba a restaurar las fronteras anteriores al estallido de la Primera Guerra Mundial (1914), sino que además se pretendía conquistar nuevas tierras al Este. No sólo para asegurar el sustento a la población, sino, y sobre todo, para garantizar su supervivencia, a expensas de las «razas inferiores», en este caso la raza eslava. De esta manera, la biología se convertía en determinante de los valores fundamentales de la comunidad nacional.
Hitler incrementó el Lebensraum (espacio vital) a través del Anschluss (anexión) con Austria y la ocupación de los Sudetes (Checoslovaquia) en 1938, y luego por medio de la invasión de Polonia en 1939, que motivó el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El expansionismo nazi alemán alcanzó su punto culminante cuando Alemania invadió a la Unión Soviética en 1941, ocupando Ucrania, Bielorrusia, Letonia, Lituania, Estonia y la mitad occidental de la Rusia europea.